Un día 3 de abril de 1961, un avión que trasladaba desde Osorno a Santiago a parte del plantel de Green Cross, cuadro que entonces actuaba en Primera División, se estrelló en el cerro Las Ánimas a un costado del volcán Nevados de Longaví, falleciendo todos los ocupantes.
Green Cross jugó en Osorno contra la selección local y cayó por 1-0 por la Copa Chile de 1961. Su regreso a Santiago estaba programado para el 3 de abril en dos aviones. A raíz de la alta demanda de pasajes por la Semana Santa y la cantidad de escalas realizadas por uno de los aviones, muchos jugadores viajaron finalmente en la aeronave que se accidentó.
Apenas acontecido el accidente se inició la búsqueda. Sin embargo, solo el 10 de abril se dio con los restos del avión en la cordillera de Los Andes. Y seis días más tarde, las patrullas de rescate llegaron al lugar.
Los 24 cadáveres, entre futbolistas y otras personas, fueron trasladados en siete camillas, por una cuestión de espacio dentro de los helicópteros. La etapa de reconocimiento de los cuerpos fue compleja y luego estos fueron enviados a sus ciudades.
Entre los fallecidos destacaron los futbolistas Manuel Contreras, Dante Coppa, Berti González, David Hermosilla, Eliseo Mouriño (argentino), José Silva, Héctor Toledo y Alfonso Vega.
Además encontraron la muerte los árbitros Lucio Cornejo, Roberto Gagliano y Gastón Hormazábal. El representante de la Asociación Nacional de Fútbol Amateur (ANFA) Luis Medina, el control de la Asociación Central de Fútbol (ACF) Pedro Valenzuela, y el entrenador Arnaldo Vásquez Bidoglio.