Busca generar condiciones que contribuyan a incrementar la autonomía y la integración laboral de las mujeres, promover una cultura de respeto a su dignidad en todos los espacios y a la protección de su vida y su integridad, combatiendo sin tregua la violencia intrafamiliar, apoyar a las mujeres en situaciones especiales de vulnerabilidad, y fortalecer la participación de las mujeres en cargos de responsabilidad y en cargos de representación política.
La participación y liderazgo de las mujeres en la toma de decisiones políticas de sus respectivos países y/o comunidades trasciende como un imperativo ético imprescindible para lograr que los intereses, problemas y soluciones que las propias mujeres reconocen como propios, estén presentes de forma efectiva en la agenda pública.
El sistema democrático supone integrar a todos los grupos de la sociedad, sin distinción, y las mujeres constituyen objetivamente la mitad de la población, en consecuencia, deben estar presentes y representadas de forma equivalente en los espacios de decisión política y en todos los poderes del Estado, así como mayoritariamente lo hacen en los partidos políticos y organizaciones sociales a nivel de país, regiones y comunas.
Lo anterior se puede cumplir en la medida que las mujeres cuenten con oportunidades reales para representar a la sociedad, lo que insta a promover las mismas condiciones de acceso a las estructuras de poder en el ámbito público y privado, y desarrollar una trayectoria política que les permita avanzar, derribar obstáculos y empoderar a otras mujeres. Si bien es importante avanzar a través de una ley de cuotas que permite visibilizar más liderazgos de mujeres, esto no es suficiente.
El entregar habilidades para el liderazgo genera impactos positivos, tales como llevar una negociación con resultados efectivos, formar equipos de trabajo sólidos, producir cambios en los sistemas de creencias individuales, entre otros, lo que genera como resultado la presencia de un liderazgo más enfocado al logro, enérgico y que es capaz de generar sentidos comunes y de pertenencia.
Las Escuelas de Liderazgo del Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género tienen como propósito promover el ejercicio de los Derechos Políticos de las Mujeres para mejorar su vocería al interior de los Partidos Políticos y/u Organizaciones sociales, así como la creación de redes entre mujeres que permita consolidar la necesaria masa crítica de mujeres en cargos de representación y coherente con este propósito estas escuelas proponen capacitar para el mejor ejercicio de liderazgo de género.
