Conversamos con Monserrat Ruiz, nutricionista de la Clínica B- Medical quien nos explica que las personas que se realizan un MELA (Mini Extracción Lipídica Ambulatoria) ven resultados más rápidos y esto los motiva a llevar un estilo de vida más saludable.
En la clínica talquina B-Medical, liderada por el médico Juan Fernando Feicán, trabaja un equipo multidisciplinario, profesionales que guían al paciente durante su tratamiento. Uno de los procedimientos más realizados es el MELA (Mini Extracción Lipídica Ambulatoria), que entrega resultados inmediatos, sin tiempo de reposo ni cirugía. Vale consignar, que ya han atendido con éxito a más de 300 personas con esta liporeducción.
Monserrat Ruiz explica que antes de un MELA el paciente debe hacer algunos cambios, para “llegar a un IMC (índice de masa muscular) -peso en relación a la talla- que esté dentro de los parámetros normales para poder realizar esta intervención. Se hace un régimen de alimentación, para que el paciente vaya bajando de peso, junto a un ejercicio físico adecuado”.
Y tras someterse al procedimiento, para tener óptimos resultados, es necesario que los pacientes establezcan estilos de vida saludable, como una buena alimentación y la realización de ejercicio físico, ya que los pacientes que se realizan esta intervención, es porque están con sobrepeso u obesidad, entonces muchos tienen una dieta o un estilo de vida poco saludable.
Tras un MELA se recomienda preferir alimentos bajos en grasas, en relación a las carnes elegir carnes magras (posta negra, posta rosada, filete, punta ganso) ya que tienen menos porcentaje de grasa al igual que el pollo, pavo y pescado. Consumir frutas y verduras (3 frutas y 2 verduras o al revés) la idea es que entre frutas y verduras se consuman 5 porciones al día. Además se recomienda el consumo de agua idealmente 2 litros al día.
En cuanto a los alimentos que no se deberían consumir, estos son los altos en grasas como frituras, comida chatarra, embutidos, cecinas, carne de cerdo, los alimentos ricos en sal no se recomiendan, ya que contienen altos niveles de sodio pueden promover la inflamación del cuerpo y retrasar la recuperación de esta intervención, evitar alimentos flatulentos y alimentos ricos en azúcar, por último evitar el consumo de alcohol.
La nutricionista nos explicó cómo el MELA ayuda a la calidad de vida de los pacientes, aseverando que “sirve para que el paciente tenga un cambio en su conducta, me refiero a estilos de vida, muchas veces pasa que a los pacientes uno les entrega una pauta de alimentación además se les dice que realicen ejercicios físico y al no ver los resultados de forma inmediata se desmotivan y no siguen las indicaciones, pero al hacer el proceso del MELA, muchos pacientes se motivan más y cambian sus conductas a un estilo de vida más saludable. A qué me refiero con estilos de vida saludable, es establecer hábitos de una alimentación saludable y la realización de ejercicio físico.
Finalmente, la profesional invita a quienes quieran conocer sobre el MELA y otros tratamientos para bajar de peso y mejorar la calidad de vida, que visiten B-Medical, “somos un equipo multidisciplinario, cada uno con sus funciones, pero a la vez se trabaja en equipo, súper comprometido. En ese sentido, en mi área se realiza una anamnesis social, clínica y alimentaria, además de realizar las mediciones antropométricas y entregar una planificación alimentaria a los pacientes. De esta forma se podrá hacer una consulta nutricional global para así conocer todos los estilos de vida y hábitos del paciente”, acotó Monserrat Ruiz.
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